El piedemonte allí donde confluyen la cordillera de los andes y la región amazónica, se enaltece siendo fábrica de fuente de vida para Colombia con sus nacimientos en las altas montañas del macizo colombiano y grandes corrientes que engrandecen la amazonia llevando en estas corrientes historias pasadas de cuna de ancestros inga entre otros que relatan la especial conexión con la naturaleza y una interacción que va más allá de lo utilitario, asombrarse de la abundante diversidad de mariposas, aves endógenas y migratorias, primates endémicos que rompen el silencio del bosque para armonizar con las correntias de pequeñas quebradas entre senderos y valles, e imperceptibles rastros de osos, pumas y dantas. Por esta razón, caminar por sus bosques y montañas, es una experiencia de conexión con el interior, que hoy son muestra ferviente a través de los oficios de siembra meliponicultura, cocina y acciones de conservación que valientes habitantes de este territorio frágil y a la vez poderoso salvaguardan entre los ríos, montaña y selva.